En el término municipal de Ólvega.
El itinerario asciende a la porción calcárea de la sierra del Madero. Transcurre un buen tramo por crestas con muy buenas vistas y corta en el paraje de la Cruz Verde con el Camino Real que utilizaba Felipe IV en las visitas a su consejera Sor Ma Jesús en el convento de la Concepción de Ágreda. En este collado existe un desmesurado montón de piedras, formado por los caminantes que a su paso depositaban una piedra. Estos montones se denominan Hermas, vestigios de un culto pagano al Dios de los caminos y encrucijadas, Mercurio para los romanos y Hermes para los griegos. Estas representaciones procedentes del S. IV a de C. se él realizan con el objeto de proteger «entradas» a santuarios, límites de terrenos, etc. En el collado de Juan Cañón se encuentra un enorme quejigo que hace de mojón viviente entre los términos municipales de Ólvega y Pozalmuro.
Los sustratos calcáreos de la bajada del alto de Juan Cañón te brindan la posibilidad de encontrar fósiles marinos.
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